Escrito por: Ana María Bendek, Líder de Emprendimiento Corporativo
En la actualidad, emprender esfuerzos de innovación en solitario presenta reducidas probabilidades de éxito. El entorno en constante cambio y la evolución acelerada de la tecnología aumentan el riesgo y subrayan la necesidad de agilidad. En este contexto, la colaboración emerge como pilar esencial para optimizar los resultados en el desarrollo de procesos innovadores. Entre las vías para fomentar esta colaboración se destaca la innovación abierta y en ella se encuentran los ecosistemas de innovación.
Un ecosistema de innovación se configura como una red donde interactúan distintos agentes, con el propósito compartido de impulsar la innovación y el crecimiento económico. Estos entornos colaborativos pueden abarcar desde lo local hasta lo sectorial, unificando esfuerzos para alcanzar metas conjuntas.
La teoría de la quíntuple hélice, desarrollada por Caryabus, Thorsten y Campbell, delineó la composición óptima de estos ecosistemas. Empresas privadas, emprendedores, entidades gubernamentales, sociedad civil, universidades y centros de investigación conforman una combinación sinérgica. Cada actor persigue sus objetivos específicos, pero todos convergen en la generación de ideas o proyectos innovadores en pos del beneficio mutuo.
Cada participante en este ecosistema desempeña un rol crucial. Por ejemplo, las empresas privadas aportan recursos y poseen acceso a clientes, fundamentales para materializar y validar las innovaciones concebidas.
Universidades y centros de investigación asumen una responsabilidad distinta: nutrir el ecosistema con conocimiento. Su aporte a menudo queda subutilizado en el mercado, y su inclusión en el ecosistema coloca la semilla de la innovación, maximizando el beneficio al compartir y validar conocimiento con los interesados.
En este entramado de innovación, todos los actores son fundamentales, a pesar de sus roles distintos. El éxito del ecosistema radica en la interconexión de todos, asegurando un flujo constante de información, conocimiento y datos. La alineación de objetivos y procesos es crucial para soluciones efectivas. El propósito último es fomentar la colaboración al punto de catalizar innovaciones nacidas de sinergias, beneficiando a todos por igual.
Por otro lado, el mantenimiento de ecosistemas de innovación exige la participación activa de agentes que aporten valor y lo enriquezcan, así como un ambiente propicio es esencial para estimular la innovación y fomentar sinergias entre los actores
El mundo alberga variados ecosistemas de innovación, cada uno con sus objetivos particulares. Al decidir participar en uno y seleccionarlo, es imperativo evaluar su alineación con las metas que se tenga de participar en el ecosistema.
A continuación, se presentan algunos ejemplos inspiradores:
En el caso de DeltaX, somos el ecosistema de innovación que apoya el crecimiento sostenible del Grupo Puerto de Cartagena, generando valor a la organización, a sus clientes y distintos aliados, a través de sinergias que dinamizan la transformación del comercio exterior.
Participar en ecosistemas de innovación genera un valor sustancial para cada actor involucrado. Innovar con otros de forma colaborativa permite lograr resultados extraordinarios. Como sabiamente dice el proverbio africano:
“Si quieres ir rápido, ve solo; si quieres llegar lejos, ve acompañado”.
Esperamos que te haya gustado este blog y que hayas aprendido estos nuevos conocimientos para que los pongas en práctica. ¡Si quieres conocer más sobre tecnología, emprendimiento, e innovación te invito suscribirte a nuestro newsletter.